a mi cuello como un pañuelo
es esa sensación miope,
luz eléctrica, un placebo
como el que descubrió el paradigma del caos
removiendo una taza de té negro
y esperó
esperó, hasta que la taza se desbordase
lo inundase todo
pelo, libros, tinta, suelo
y bucear para siempre en agua templadita
con olor a libro viejo
mientras el subrayador amarillo se va flotando
lejos, hacia el cielo.
Muy notable su té de subrayador.
Caramba, miss, esto es muy bueno. Y deja un delicioso "poso".