sun, sea, salt.


En verano los días parecen más cortos (aunque no lo sean) y los meses parecen semanas. Quizá por eso me da la sensación de que no auguanto mucho en Zaragoza, aunque desde que llegué de London Calling hayan pasado ya más de 30 días. Y dentro de poco, volver a empezaaar~
Qué asco.
Por ahora se me llevan 2 semanitas más a la playa, así que me despido hasta septiembre :)
Au revoir!

Y Alba se despide también en italiano con otro fragmentito. Por cierto, en el borrador llevo ya unas 40 páginas. No es que sea mucho, pero por ahora estoy contenta con ellas y eso es algo que no me había pasado nunca, ¡espero que esta vez la termine! Aunque sea sólo una historia experimental y no tenga grandes esperanzas puestas en ella. Por ahora, me conformo con que os aburra a vosotros, aunque esté aún en una fase patatónica ;)

Disfrutad de los días que quedan como si fuesen los últimos. Espera, si son los últimos.


***


-Pero pequeña, si estás temblando -Alba dio un respingo al sentir una mano cálida en su hombro. Era un hombre ya mayor, con toda la apariencia de un viudo, a quien las canas ya comenzaban a jugarle malas pasadas en la barba, dejándosela con un increíble parecido al pelaje de una cebra, salvaje y erizada. Los ojillos azules, brillantes bajo el sombrero, inspiraban confianza.

-Gracias, pero no tengo frío-volvió a contestar ella, acostumbrada al ritual de observación habitual: boca-ojos-pestañas-pelo-boca. Sin embargo aquel hombre no la estaba mirando como su ministro la miraba, ni como los hombres de la calle la habían mirado al invitarla, ni como las mujeres que apartaban la vista con un mohín. La observaba con una mirada parecida a la de un hombre que acaba de abrir un libro y se entretiene en la primera página. Alba no solía sentirse incómoda por el simple hecho de que era capaz de reconocer perfectamente el ciclo de miradas que la rodeaban. No tenía ningún misterio para ella, era un simple cálculo matemático de probabilidades que difería según la situación y el aspecto que ella llevase en cada momento. Pero aquí había una excepción de la regla. Alba no podía clasificar en ninguna de las miradas ya conocidas ése desmigajamiento que, por otra parte, no parecía ocultar ningún sentimiento ni ninguna emoción como las que le solían “dedicar” inintencionadamente. Allí no había deseo, ni fantasías, ni fascinación, ni envidia, ni compasión, simplemente una mirada como un relámpago, unos ojos que simplemente… la miraban.

-Supongo que no tendría que preguntarle esto y probablemente me arrepienta en un futuro próximo, pero ¿no es de aquí, verdad? -el hombre bajó la mano una vez asimilada toda la información que sus retinas eran capaces de retener y elaboró la pregunta en el aire con la misma cara de un paracaidista que pregunta antes de saltar que a cuántos metros está el suelo exactamente.

-No, no soy de aquí.

-Eso me imaginaba. ¿Se ofendería si le preguntase de dónde es?

-Marte.

-Ya decía yo.

-Era broma, soy de Groenlandia.

-Oh, entonces seguro que este es un clima primaveral para usted. Me debo de haber equivocado al suponer que temblaba de frío, discúlpeme.

-En realidad soy veneciana. Y he perdido el abrigo, pero no tiemblo por eso.

-¿Entonces?

-Tiemblo porque soy libre.

-¿Antes no le estaba permitido temblar?

Alba elaboró una sonrisa. El hombre la correspondió, y en un golpe de aire se le levantó del suelo el bajo del abrigo. Alba pudo observar que estaba desgarrado y manchado de barro y otras porquerías, no como el resto de trajes que se podían ver por la avenida. Pensó que al ministro le daría un infarto si lo viese.

-De nuevo le pido perdón por la pregunta, ¿debo suponer que no está buscando a nadie entre la multitud?

-No. ¿A qué viene tanto arrepentimiento tan seguido?

El hombre volvió a sonreír y dejó entrever unos dientes manchados y castigados por el licor, sin embargo sus ojos relampagueaban, completamente límpidos.

-A que ahora mismo debería estar ya en casa cuidando de mi familia, y no haciendo preguntas estúpidas a una señorita por la calle. Aunque debo reconocer que me ha cautivado, es usted un espécimen marciano muy interesante, aunque lo oculte con esa historia fantasiosa de que es italiana.

-Tiene usted razón, mejor me vuelvo a mi planeta y le dejo continuar su vida en paz.

Alba dio un par de pasos alejándose de él con la mente puesta ya en otro sitio, cuando un automóvil pasó ruidosamente a menos de medio metro de ella, salpicándola entera de barro y agua, y haciendo que pegase un brinco hacia atrás que la desequilibró y la hizo caer al suelo como una cría torpe. El hombre corrió a ayudarla, y entre ambos consiguieron levantarla, pese al violento ataque de tos que Alba sufrió en ese mismo momento y que la sacudió sin piedad.

-Pero niña, ¿qué te pasa?-preguntó el señor mientras la sujetaba de los hombros, claramente abrumado. Alba no podía responder, se ahogaba en el círculo de siempre en el que su cuerpo le pedía algo que ella no podía darle, ya no, y se lo reprochaba dejándole sin respirar a fuerza de convulsiones y de picores secos y ásperos en la garganta. Sentía su vestido completamente empapado y su pelo chorreando barro, el corazón le latía fuerte, disparando adrenalina tras la impresión de haber estado a centímetros de ser atropellada, y de repente ya no se sintió tan libre ni tan omnipotente en aquella inmensa ciudad. Se sintió sola. Terriblemente sola y abandonada. El mundo Real se impuso brutalmente sobre el Imaginado, como un nubarrón gris que tapa el sol, y se sintió caer a velocidad supersónica en la desilusión, que encharcaba por completo el éxtasis que la había invadido momentos antes. Agradeció las manos del hombre rodeando sus hombros y su voz preocupada en mitad de aquel desierto lleno de gente de carcasa vacía. Supo de repente que nadie habría gritado, nadie se habría llevado la mano a la boca por la muerte de una chiquilla bajo las ruedas de un coche. En realidad a nadie le habría importado en absoluto.





2 Responses so far.

  1. A nosotros sí que nos habría importado!

    Pásalo bien en la playa :)

  2. Tienes un premio esperando en mi blog :)
    http://geekandela.blogspot.com/2010/08/premio-tu-blog-es-tan-interesnate-como.html

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¡Muchísimas gracias!

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